¿Por qué es importante hacer pruebas a los inyectores diésel?
Los inyectores diésel producen emisiones
El sistema de inyección diésel Common Rail se utiliza para introducir combustible a alta presión en la cámara de combustión cuando el motor está en el ciclo de compresión (punto muerto superior). Cuando entra en contacto con el aire a altas temperaturas, se enciende provocando una combustión, en el caso de un motor diésel, y a través de la bujía de un motor de gasolina. El sistema consiste en una bomba de alta presión capaz de inyectar diferentes cantidades de combustible a diferentes presiones dependiendo de la carga del motor.
Mantener limpio el sistema de inyección es importante porque la combustión y la calidad del combustible deficientes pueden crear depósitos y carboncillo en los inyectores y las válvulas del motor, lo que resulta en pérdida de potencia, mayor consumo de combustible, altas emisiones y posibles roturas, entre otros problemas.
Por lo tanto, el inyector es el encargado de inyectar la cantidad adecuada de combustible en la cámara de combustión. El combustible circula a través de éste, expuesto a todas las impurezas y humedad que se han acumulado en el estanque, y termina en la bomba de combustible.
La prueba de inyectores puede detectar problemas
Si posee problemas asociados al sistema de inyección, retirar los inyectores y ponerlos en el banco de pruebas para limpiarlos y medir diferentes propiedades como resistencia, hermeticidad, patrón de rociado y flujo es una opción ideal. Este es el método más eficiente porque permite identificar y posteriormente corregir individualmente posibles fallas en cada inyector. Por supuesto, antes de volver a instalar los inyectores, se deben reemplazar las juntas (arandelas) y sellos correspondientes.
Las pruebas de los inyectores se realizan después de la fabricación y/o reparación y, también ante sospechas de falla, para verificar el cumplimiento de los estándares de la unidad para determinar si necesitan servicio o reemplazo para un funcionamiento óptimo. Un inyector obstruido o dañado puede provocar un mayor consumo de combustible y fallas del motor a largo plazo.
Para inyectores de funcionamiento inductivo (bobina), una opción casera es comprobar el nivel de retorno de estos. Para ello, se debe colocar los conductos de retorno de los inyectores dentro de vasos de plástico (uno para cada inyector), arrancar el vehículo al ralentí y observar cómo reaccionan los inyectores. Si detecta que alguno de los inyectores llena el depósito más rápido que los demás, ese inyector está defectuoso.