En ocasiones, cuando llevamos nuestro vehículo a servicio, ya sea por revisión, mantenimiento o reparación, el mecánico responsable nos sugiere que los inyectores necesitan de una limpieza, ¿pero realmente será necesario?
Para responder esta gran pregunta debemos considerar ciertos factores tales como:
- Falta de potencia.
- Humos visibles.
- Aumento del gasto de combustible.
- Fallas aparentes.
- Recomendaciones.
Antes de todo, lo primero que debemos considerar es la prueba de los inyectores en un laboratorio diésel muy bien equipado, posteriormente y según los resultados se recomendará la reparación o bien una limpieza. Este proceso considera el desarme total de las unidades, su inspección visual apoyada con un microscopio, cambio de sellos de alta presión cuando corresponda y en ocasiones recalibrar los inyectores. La manera correcta y efectiva de limpiar todos los componentes es a través de ultrasonido, apoyado también con algunos solventes industriales tales como desengrasantes y líquidos abrasivos.
La finalidad es retirar todos los residuos de carbonilla, barnices y restos de contaminantes existentes en los inyectores. De esta manera lograremos un mejor desempeño de estos, pero recordemos que las pruebas previas deben ser satisfactorias. Las piezas por considerar en general para la limpieza serán reiterativas en todas las marcas y modelos de inyectores, tales como:
- Toberas de inyección.
- Válvulas piloto de control.
- Resortes, lainas, piezas internas.
- Tapas, tuercas.
- Cuerpos de inyector.
Existen servicios diésel que proceden a limpiar los inyectores sin efectuar primero las pruebas de banco, y posteriormente al quitar los residuos y volver a armar y montarlos en el motor, aparecen otros síntomas y/o fallas que antes no estaban presentes. Esto se produce, ya que al eliminar los contaminantes se acentúan los desgastes existentes en las distintas piezas que no fueron detectados en forma preliminar en un banco de pruebas.
Así, además de la limpieza, siempre es recomendable un diagnóstico exhaustivo, pues muchas veces la reparación o reemplazo es la única manera de asegurar que el motor quede trabajando correctamente.
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